domingo, enero 28, 2018

Joaquín Pérez Azaústre

La antipoesía de Nicanor Parra


Nicanor Parra conquista o reconquista la plaza pública para la poesía. Es la verdadera revolución final de Parra, el derrumbe de muros ancestrales que parecían vedados para la vida pura que se escucha, se vive y nos araña en lo diario. Así la antipoesía busca un hablar colectivo que supere la individualidad del sujeto romántico. Lo vemos en Soliloquio del individuo y en Sólo de piano: “Ya no hablamos para ser escuchados / Sino para que los demás hablen / Y el eco es anterior a las voces que lo producen”. Así sale al encuentro de una dualidad: pesimismo frente a vitalidad, como argamasa social con que cocer una identidad latinoamericana, tan presente en su Brindis a lo humano y lo divino, como anticipación de Roberto Bolaño. Pero la plaza habla, con la voz del poeta coral: “El mundo moderno (…) / Se compone de hombres ruiseñores que controlan la vida política de los países / Entretanto los sabios, comidos por las ratas, / Se pudren en los sótanos de las catedrales, / Y las almas nobles son perseguidas implacablemente por la policía. / El mundo moderno es una gran cloaca“. Eso es anticipación lírica, así se distingue la realidad del sueño con sus hebras de fina penuria. Crónica aquí.


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