lunes, enero 15, 2018

Luis García Montero

Un lugar limpio y bien iluminado

Cuando murió Ángel Gonzálezhace ahora 10 años, Joan Margarit escribió el poema “Orden”, incluido después en su libro Misteriosamente feliz (2008). Se trata de la meditación de un hombre mayor que se ha acostumbrado a convivir en un mundo en el que ya habitan más muertos que vivos. Después de cumplir 70 años, las pérdidas iluminan una intimidad, son las lámparas de una habitación usada por las huellas del amor y del espanto. La experiencia de la vida y la memoria enseñan a buscar un orden en el que sobrevivir, un lugar limpio y bien iluminado. Para el poeta catalán, eso significan los libros de Ángel González.
Joan recuerda un cuento breve de Hemingway titulado así: “Un lugar limpio y bien iluminado”. La escena trascurre en un café en el que dos camareros hablan mientras esperan a que un anciano acabe de tomarse su última copa de coñac. El camarero joven tiene prisa, quiere cerrar para irse a su casa en donde le espera una mujer. El camarero mayor pide paciencia y habla de la tristeza rara del cliente. Aunque le sobra el dinero, es un borracho infeliz, hasta el punto de haber intentado suicidarse. En el último momento, una sobrina cortó la cuerda de la que colgaba. Nota aquí.


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